viernes, 27 de marzo de 2009

EL PREGONERO HENARES

FERNANDO CARRASCO Miércoles, 25-03-09 ABC

Es esta semana, a qué dudarlo, la del pregonero. La cuenta atrás para un hombre que, el próximo Domingo de Pasión, tendrá la responsabilidad, en sus palabras, de decir a todos aquellos que quieran escucharle —que serán muchos, ya que se retransmitirá— que queda una semana para volver a revivir la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.
Enrique Henares Ortega es el hombre de este año. Cofrade de a pie, alejado del boato de juntas de gobierno y cercano a cualquier rincón en el que pueda uno extasiarse contemplando la revirá de un paso. Y costalero. Por los cuatros costa(les)dos. Y no precisamente de esos que se enfundan el costal para salir en la foto al lado del paso y no saber qué es una trabajadera.
Enrique, a falta de poco más de tres días para ponerse delante del atril del Maestranza, apura las horas que faltan y vive en pregonero. Porque no puede hacerlo de otra manera. Sabe lo que se le viene encima y, aunque no quiera decirlo, acepta que habrá muchos de esos autodenominados «cofrades de toda la vida» que, una vez pronuncie el «he dicho», comenzarán a despellejarlo.
No te importe, Enrique. Forma parte del encargo que te han hecho y viene adosado a la palmadita en la espalda y al «extraordinario pregón el tuyo» que te dirán quienes, luego, despotricarán en la barra de un bar cercano al teatro mientras hacen tiempo para luego, acudir al almuerzo en tu honor y volver a repetir el abrazo y los parabienes.
Me da a mí, en todo caso, que es algo que no te quita el sueño en demasía. El Pregón ya está escrito y, por lo que has dicho, en él plasmas lo que tú quieres decir a esta ciudad, tu ciudad, Sevilla, y a su Semana Santa, tu Semana Santa. Porque por fortuna eres de los que piensan que las Cofradías no son potestad de unos cuantos que, amparados en la oficialidad, se creen los dueños de ellas, sino que son de aquellos que, durante todo el año, las viven día a día en labor callada y muchas veces no reconocida.
Quedan poco más de tres días para el Domingo de Pasión. Es la semana del pregonero, la semana de Enrique Henares Ortega. Por eso mismo, e imaginando el nerviosismo que tiene que correr por tus venas esperando la hora en que rompa el paseíllo y te abras de capa para lidiar este toro —que será de Zalduendo, seguro, y de los que hacen el «avión»—, yo me adelanto y desde aquí, el jueves previo, ya te digo: pregonero Henares, enhorabuena.

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